AMOR
El amor es uno de los factores principales y motor del inicio de la lactancia en la mayoría de los casos. Me refiero al amor que se siente por el hijo que va a nacer. Muchas madres, deciden amamantar sólo por el beneficio que significa para sus bebés, desconociendo o ignorando los beneficios que también pueda tener la lactancia para ellas.
¿La lactancia es instintiva?
Los bebés nacen preparados instintivamente para lactar; pero culturalmente, la especie humana ha hecho que las madres vayan perdiendo ese instinto para amamantar. Con lo cual, deben ser ellas las que aprendan a hacerlo; algo que no es fácil y aparece como uno de los principales problemas por los que la lactancia se ve amenazada. La dificultad para asesorar a algunas madres primerizas, radica en el hecho de que, al no saber amamantar y creer que es instintivo, hace que se convenzan de que, si reciben ayuda al respecto, no son lo suficientemente competentes en la materia. Este conocimiento debe aprenderse, y la mejor manera es transmitiéndolo de unas mujeres a otras.
¿Tendré leche para amamantar a mi bebe?
El miedo a no tener leche suficiente es otro de los factores psicológicos que, en algún momento de la lactancia, afecta a todas las madres y les genera inseguridad. Muchas mujeres dudan de su capacidad para producir leche en cantidad suficiente, si bien, en la mayoría de los casos, estos temores son infundados y se deben al desconocimiento de la fisiología de la lactancia y de las crisis de crecimiento por las que pasa el bebé (momentos en los que aumenta la demanda para aumentar la producción de leche de su madre). La presión negativa del entorno también puede influir de forma determinante en la aparición de estos temores. En algunas ocasiones, sin embargo, la escasa producción de leche materna (hipogalactia), es una realidad. Y puede dificultar o impedir el correcto funcionamiento de la lactancia. Por eso resulta crucial detectarla a tiempo y, llegado el caso, iniciar el tratamiento adecuado.
¿Dar el pecho en público?
El amamantamiento en público puede generar sentimientos de vergüenza en las mujeres, y rechazo en muchos hombres. Aunque hay muchos movimientos reivindicativos al respecto que defienden la libertad de la mujer de poder amamantar en público y el derecho de los bebés de alimentarse sea donde sea, lo cierto es, que hay un gran número de mujeres que son muy tímidas, y otras, muy reservadas que prefieren evitar las miradas y pasar un mal trago.
Estrés laboral y vuelta al trabajo
Frente a algunas mamás que consiguen mantener la lactancia ante cualquier obstáculo, la realidad de amamantar al bebé al volver al trabajo es complicada y existe una alta tasa de abandono, ya que, a veces, el ambiente laboral no invita a mantener la lactancia tras la reincorporación al trabajo.
Preocupación por el físico
Muchas mujeres piensan que al dar de mamar están sacrificando su físico, y otras, sacrifican la lactancia a favor de éste. Pero, pensar que el pecho queda más fláccido y caído después de amamantar, es una tendencia errónea. Los cambios en el pecho dependen mucho de una mujer a otra, de su constitución y de su edad.
Sin embargo, debemos saber que, en primer lugar, los pechos de todas las mujeres descienden y se inclinan hacia abajo durante el embarazo. Lo que marca la diferencia de tamaño de una mama a otra, es la cantidad de grasa que contienen. Al margen de los cambios que se producen en el embarazo, cuando se empieza a lactar, se empieza a quemar grasa corporal acumulada. Una de las primeras grasas que se queman es la del propio pecho. Por eso, cuando se deja de amamantar, es habitual que los senos estén distintos al haber quemado esa grasa que contenían. Los cambios variarán según el tiempo de lactancia, la constitución de cada mujer, la piel, la edad… Sin embargo, después de dejar la lactancia, el pecho, poco a poco, vuelve a recuperar su forma de antes del embarazo y la grasa perdida.
Depresión postparto
Si la lactancia ayuda a la madre a mantener el lazo con su bebé en lugar de exacerbar sus síntomas, entonces el tratamiento para la depresión debe ser establecido con la meta de proteger la lactancia. Si amamantar al bebé es un factor que contribuye a los síntomas de la depresión postparto, no debe sentirse culpable si decide buscar otras formas para alimentar al bebé.
El tratamiento para la depresión postparto, generalmente, combina medicamentos antidepresivos y psicoterapia. Los grupos de apoyo y el fomento de buenos hábitos, son también aspectos importantes de la terapia. Muchos medicamentos para tratar los estados de ánimo postparto y los trastornos de ansiedad, se pueden usar durante la lactancia materna, si tienes dudas ante la administración de cualquier medicamento o prueba diagnóstica durante el tiempo que dura la lactancia, puedes consultar la web e-lactancia.org. Esta página, está creada por médicos pediatras y tiene la acreditación IHAN de OMS/UNICEF; casi todos los facultativos la consultan a la hora de recetar medicamentos a mujeres embarazadas o durante la lactancia.
En conclusión…
…La lactancia está sujeta a muchos cambios emocionales y obstáculos de muchos tipos y, no siempre, las mamás se encuentran con la fortaleza necesaria para enfrentarlos. Por desgracia, no todas las mujeres gozan de los apoyos oportunos y una se puede sentir perdida y desesperada. Si es tu caso, te recomiendo buscar ayuda psicológica y asesoramiento en lactancia para ayudarte a superar esta etapa de la manera más beneficiosa para ti y para tu hijo. Lo importante es disfrutar de este momento y ser feliz en la medida de lo posible.
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