Carolina Bravo Psicóloga

Cómo afronta el estrés una personalidad dependiente es una cuestión que despierta mucho interés en el ámbito clínico. Las personas con este estilo suelen tener una necesidad constante de aprobación, apoyo y guía externa, lo que influye profundamente en su manera de gestionar situaciones de tensión. El estrés, lejos de activar una respuesta autónoma, tiende a generar en ellas una mayor búsqueda de ayuda, miedo al abandono y conductas de sumisión, que pueden ser tanto un alivio momentáneo como un factor de cronificación del malestar si no se canalizan adecuadamente.

Miedo a la soledad y necesidad de apoyo

Las personas con personalidad dependiente suelen tener una marcada necesidad de estar acompañadas, de sentirse respaldadas por los demás y de evitar la soledad a toda costa. Cuando se enfrentan a situaciones estresantes, su primera reacción suele ser buscar consejo o ayuda en alguien externo, ya sea una pareja, un amigo o una figura de autoridad. Esta dependencia emocional puede hacer que deleguen en otros la toma de decisiones importantes o que retrasen la acción mientras esperan una solución externa. Lejos de ser un rasgo de debilidad, este patrón está basado en un profundo miedo al abandono, que se activa con facilidad en contextos inciertos o exigentes.

El estrés en estos perfiles no se vive tanto como un problema a resolver de forma activa, sino como un peligro que pone en riesgo el vínculo con las personas importantes. Esto puede llevar a conductas de sumisión, evitar conflictos, o incluso ceder ante situaciones injustas por miedo a ser rechazadas. El estrés, en lugar de ser enfrentado desde la autonomía, se aborda buscando la contención de una figura externa que actúe como regulador emocional. Si esta figura falla, los niveles de ansiedad aumentan considerablemente.

En estos casos, es frecuente observar comportamientos como el exceso de mensajes, la hipervigilancia ante señales de desaprobación o la evitación de expresar desacuerdo por miedo a ser abandonadas. Esta dinámica puede resultar agotadora tanto para quien la vive como para su entorno.

Estilo de afrontamiento: sumisión y evitación activa

El afrontamiento del estrés se caracteriza, en las personalidades dependientes, por una alta evitación de la confrontación y una tendencia a delegar decisiones importantes. En lugar de hacer frente a la situación, se refugian en figuras percibidas como más fuertes o capaces. Esta estrategia puede ser efectiva a corto plazo, pero suele reforzar la creencia de que no son capaces de enfrentar las dificultades por sí mismas, perpetuando así el patrón de dependencia.

Desde la psicoterapia cognitivo-conductual, se trabaja precisamente en romper ese ciclo: se enseña a tolerar el malestar, a tomar decisiones sin la necesidad de validación constante y a desarrollar una autoestima más estable y sólida.

💡 Si te interesa saber cómo otras personalidades manejan el estrés, puedes leer el artículo sobre la personalidad evitativa o la personalidad obsesiva.

Riesgo de relaciones tóxicas

La necesidad de compañía y apoyo puede llevar a estas personas a mantener relaciones poco saludables, por miedo a quedarse solas. Esto se convierte en una fuente constante de estrés: la ansiedad por perder al otro se suma al desgaste emocional de vínculos desequilibrados, donde se prioriza la aprobación externa a costa del bienestar propio.

En este contexto, el estrés no solo es una respuesta emocional, sino que puede desencadenar síntomas psicosomáticos, dificultades para dormir, fatiga crónica o incluso desarrollar trastornos de ansiedad o depresivos.

Recomendaciones terapéuticas

El tratamiento psicológico se centra en fomentar la autonomía emocional, identificar creencias disfuncionales como “no puedo estar sola” o “necesito que los demás me digan qué hacer”, y desarrollar habilidades sociales y de afrontamiento. También se trabaja el miedo al abandono, que muchas veces tiene raíces en experiencias tempranas no resueltas.

Además de la terapia individual, en algunos casos puede ser útil la terapia de grupo, ya que permite practicar la expresión emocional y el establecimiento de límites en un entorno protegido.

Para quienes deseen profundizar en esta temática, el DSM-5 proporciona una descripción clínica completa del trastorno de personalidad por dependencia y sus implicaciones clínicas.

Conclusión

Entender cómo afronta el estrés una personalidad dependiente nos permite intervenir de manera más eficaz y compasiva. El camino hacia una mayor autonomía emocional es posible, pero requiere de un acompañamiento psicológico adecuado que facilite el desarrollo personal y fortalezca la confianza en uno mismo.

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