Muchas personas, cuando acuden a consulta para recibir terapia psicológica por primera vez, a menudo preguntan dónde está el diván. Aunque aún tengamos en la retina aquella escena de película del psicólogo sentado detrás del respaldo de este peculiar sillón y a su paciente tumbado en él con la mirada perdida y respondiendo preguntas, en la actualidad, el panorama, ha cambiado bastante y, aunque los psicólogos de corte psicoanalista usan el diván en terapia; del resto, los que lo tienen, lo usan sólo como elemento decorativo.
Dejando de lado el marco escénico, existen distintos tipos de terapia psicológica: Individual, de pareja, de familia, de grupo, infantil, etc., y distintos objetivos; pero, lo que sí guardan todas en común, son los siguientes aspectos:
Confidencialidad y Secreto Profesional
En el ejercicio de nuestra profesión, los psicólogos manejamos datos que afectan de lleno a la esfera más personal e íntima del individuo (identidad, salud, vida sexual, circunstancias sociales, etc.); un mal tratamiento de estos datos, puede atentar gravemente contra la intimidad de los pacientes. Es por esto, por lo que debemos guardar el secreto profesional y mostrar un respeto escrupuloso en este sentido. Así lo recoge el artículo 39 del Código Deontológico de la profesión de Psicólogo/a, destinado a servir como regla de conducta profesional.
Pero, no sólo tenemos obligaciones éticas, sino también legales, y así lo establece la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre de Protección de datos de carácter personal (LOPD), que impone una serie de obligaciones legales para aquellos profesionales que traten con datos de carácter personal. Así mismo, el Real Decreto 1720/2007 desarrolla la mencionada ley orgánica; estableciendo una serie de medidas destinadas a garantizar la protección de datos; además, su incumplimiento conlleva elevadas sanciones.
Un espacio y un tiempo para ti
Con frecuencia, nos responsabilizamos de los demás y dejamos nuestro cuidado personal para el final. Parece que nos sentimos mejor cuando lo que hacemos es para otras personas, y no para nosotros mismos, pues evitamos así el sentimiento de culpabilidad de ser egoístas. Sin embargo, dedicarte tiempo a ti mismo es un acto necesario; y, ¿para qué?: Para poder alcanzar tu propio bienestar e irradiar felicidad y fortaleza a tu entorno.
En terapia, el espacio y el tiempo, quedan reservados únicamente para ti y para expresar todo lo que te inquieta, sin temor a preocupar a los que te rodean.
Así mismo, es un buen camino para resolver conflictos graves y recibir apoyo en caso de tener un trastorno específico.
Sentirte escuchado sin recibir juicios de valor
El psicólogo te escucha activamente para conocer tus pensamientos, sentimientos y conductas acerca de cómo ves el mundo y cómo interactúas con él. De esta manera, podrá comprender tu realidad y evitar caer en juicios de valor o críticas que no contribuyen en nada a la terapia.
En la sesión se desarrollan profundos diálogos. Se aplican métodos y técnicas terapéuticas, sin redundar en superficialidades, siendo directos, claros y sustanciosos. De esta manera, se va procurando dar alivio emocional y propiciar cambios positivos en la vida.
Un espejo y una toma de conciencia
En el momento en que uno es capaz de realizar una reflexión profunda; podrá ser capaz de encontrarse consigo mismo; y, de esta manera, podrá verbalizar sus miedos y tomar conciencia de su situación.
En la terapia, el psicólogo te hará de espejo y te reflejará lo que estás transmitiendo y exteriorizando. Con su ayuda, podrás aumentar el nivel de conocimiento acerca de: cómo te enfrentas a las situaciones; cómo te relacionas con los otros; qué significado le das a las cosas; cómo reaccionas ante ellas; y, cómo repercute todo esto en ti, y en los demás.
De este modo, podrás adquirir las habilidades necesarias para escoger las estrategias oportunas. Dichas estrategias, te permitirán, por lo tanto, trabajar en tus conflictos y fortalecer tus debilidades; madurando y transformando una situación desadaptativa, en una condición adaptativamente funcional.
Un punto de vista objetivo y profesional
El psicólogo, a través de la observación y el análisis de tu personalidad, realizará una valoración y expondrá una hipótesis explicativa de tu problema. Todo esto, lo hace a partir de la Psicología como ciencia, siguiendo criterios clínicos para establecer un diagnóstico. Nunca opinará desde sus vivencias o desde sus valores.
Herramientas para poder adaptarte mejor a las situaciones difíciles
A través de un tratamiento personalizado y adaptado a tus necesidades, podrás adquirir nuevas habilidades y recursos para afrontar situaciones complicadas y alcanzar tus objetivos; dirigiendo tu vida hacia donde tú quieras, y tomando el control de tus propias acciones.
Deja una respuesta